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Internet como herramienta contra el narco: las iniciativas ciudadanas y sociales para denunciar y re



La presencia del narcotráfico en las redes sociales no ha pasado inadvertida en los Estados Unidos; organizaciones como la Alianza para Combatir el Crimen en Línea (ACCO) han realizado un llamado a endurecer la legislación que restrinja el acceso a las redes a los cárteles mexicanos.7 Las medidas que buscan aprobar se centran en obligar a las compañías dueñas de las redes a eliminar el contenido que sería ilegal en la vida real y que estas cuentas no puedan volver a publicar. La ACCO ha puesto sobre la mesa el hecho de que los cárteles mexicanos y el terrorismo islámico están utilizando las redes de la misma manera y para efectos de este trabajo es necesario plantear que tan útil puede ser esta comparación en la búsqueda de medidas regulatorias.


El ejemplo alemán puede servir como un parámetro para el diseño de una política que establezca obligaciones claras de regulación de contenido y que evite la eliminación de contenidos masiva. Esto último puede ser controlado al contar con supuestos bien delimitados y específicos con relación a lo que es ilegal mostrar en redes. Sin embargo, esta regulación enfrentaría el reto de saber si un vídeo es realmente una invitación o promoción del narcotráfico y que autoridad sería el responsable de realizar esta determinación.




Internet como herramienta contra el narco



Internet y las redes sociales están lejos de ser inherentemente buenos y con los objetivos adecuados que planteó hace 24 años Bill Gates. El crimen organizado ha ampliado su campo de acción al entorno digital y representan una amenaza para la seguridad de los ciudadanos. Para el narcotráfico, el fácil uso de las redes, su gratuidad y amplio alcance representan una herramienta invaluable para establecer vínculos con el público y lavar su imagen ante la sociedad, así como una fuente de reclutamiento entre jóvenes que ven en el contenido expuesto una oportunidad de posicionamiento social. Ante estas circunstancias no hacer nada no es una opción y a partir de la experiencia de diferentes naciones se puede ofrecer un abanico de posibilidades para que el legislador mexicano actúe ante un fenómeno que ya comienza a ser percibido a nivel mundial como fue ejemplificado en el caso de la ACCO estadounidense.


Este texto realizó un breve esbozo de lo que tres medidas podrían implicar para la regulación de las redes en el país, pero también hizo una propuesta arriesgada pensada en el uso de tecnología actualmente al alcance. Por supuesto, como fue citado en palabras previas, el ingenio de los grupos criminales buscará soluciones a la regulación cuando vea mermados sus intereses. Sin embargo, a diferencia de la falta de previsión que representó para las autoridades la adaptación del crimen organizado a las redes sociales, actualmente las redes pueden ser herramientas de prevención a través de mecanismos de cooperación entre compañías, Estado y ciudadanía.


Zavala nació en 1975 en Ciudad Juárez, un territorio transfronterizo, lleno de vida y violencia. Una zona liminal en la cual se detonan algunos de los acontecimientos históricos más importantes de la historia contemporánea de México, entre los que sobresale la llamada guerra contra el narcotráfico, el conflicto armado interno en contra de los cárteles de la droga librado por el Gobierno de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa en 2006. Para enfrentarse al crimen organizado, el Estado decide militarizar el territorio, el uso desproporcionado de armas y la puesta en campo del ejército y de la marina.


- Uno de los aspectos más fascinante de tu libro es la posibilidad de desenmascarar las trampas del lenguaje oficial sobre el narco para justificar políticas securitarias de vigilancia y militarización del territorio. Cuando la gente tiene miedo, acepta que se militarice su ciudad y se difunde la idea de que quienes mueren son solo los traficantes, mientras que la realidad nos cuenta que esta supuesta guerra contra el crimen organizado ha producido miles de víctimas entre la sociedad civil. El mito del narco cómo se construye y cómo se va legitimando?


- Sí, claro. Hasta los años ochenta, los traficantes habían estado completamente instrumentalizados por el poder oficial. Los protegían los policías o los militares, y utilizaban su dinero para diferentes cuestiones políticas, incluso clandestinas. Está documentado, por ejemplo, cómo los traficantes apoyaron la geopolítica de la Guerra Fría estadounidense, contribuyendo con armas y dinero para financiar la contrainsurgencia en Nicaragua. Al final de los ochenta, se comienza a hablar del narco como el nuevo enemigo de la seguridad nacional. Eso resulta muy desconcertante para la sociedad, y se requieren espacios discursivos para apoyar este relato.


Una de las primeras instituciones que se crea es el Museo del Enervante, un museo ideado por militares para militares. Se ubica en Ciudad de México y solo es posible visitarlo con un permiso especial de la Secretaría de la Defensa Nacional. Entonces, por qué existe? Porque es parte integrante de la formación de cadetes que van a empuñar un arma en la guerra contra el narco. El museo genera un relato de cómo las drogas son un problema de salud pública y de seguridad ciudadana. Expone todo un arsenal de armas que pertenecían a traficantes, incluyendo la notoria pistola del famoso Chapo Guzmán, que tiene sus iniciales y que fue utilizada en el juicio en su contra en Nueva York. Es un museo-relicario de un mito casi religioso, creado para construir consenso alrededor de la idea del narco como El Gran Enemigo. Un discurso que se construye a partir de una serie de contradicciones: por un lado, el museo presenta al traficante como un campesino empoderado; por el otro, aparece como un paramilitar con muchísimas armas y tecnología. El museo funciona como un tipo de regulador del discurso, una herramienta para dar densidad histórica a todo esto, y no es el único de su clase. La DEA, la entidad federal que se encarga de combatir el tráfico y el consumo de drogas en Estados Unidos, tiene su propio museo en Arlington, un centro abierto al público para crear consenso entre la ciudadanía y legitimar la guerra contra las drogas.


- Una legitimación y una idealización del discurso que, a veces, crea el efecto contrario, y que tiene un impacto tremendo en los hombres más jóvenes. En los años noventa ser narco se volvió en una meta aspiracional.


- Bueno, y cómo no van a quererlo, si viven una vida precarizada y violenta? El relato les dice que, si se involucran en el crimen organizado, van a ser millonarios, van a tener una mansión y mujeres guapas. Un relato muy masculino y machista, una meta fatal y antiépica porque, finalmente, van a morir asesinados. La mayoría de las víctimas de la guerra contra el narco son jóvenes pobres, de 19 a 25 años, que nacieron y murieron pobres.


- En el libro estableces 1994 como fecha clave, un año que representa la crisis del sistema. 1994 es el año del levantamiento zapatista en Chiapas y del asesinato de Luis Donaldo Colosio, candidato a presidente. A partir de 1994, se empieza a hablar de narcoestado y narcopolítica, pero qué trampa se esconde cuando usamos estas palabras? Son conceptos que nos impiden analizar más a fondo lo que está pasando?


- Claro, son metáforas funcionales del propio discurso oficial, incluso cuando empezamos a hablar de la narcopolítica. En 1994, por ejemplo, el narco empieza a parecer como el correlato justificativo de la crisis. Al traficante se le atribuye cualquier cosa, incluso el asesinato de Colosio. Parte de lo que yo argumento es que la aparición del narco como un tipo de actor político es una construcción discursiva que sirve para no dejarnos ver quiénes son los responsables.


- Creo que parte de lo que mueve el eje central del libro es una crítica a la seguridad nacional. Cómo se construye discursivamente una política securitaria del Estado? Cómo funciona la ley de seguridad nacional? Qué instituciones tuvieron que ver con eso? Desde los años setenta, México empieza a pensar en una guerra contra el narco porque Estados Unidos nos lleva en esa dirección. Lo que es cierto es que esa agenda de seguridad no se reduce al tema narco. En realidad es un tipo de significante vacío, o sea, un tipo de estructura que no tiene conceptos fijos y que sirve para pasar de un enemigo al otro, según la necesidad del momento. El narcoterrorismo es otro concepto que se ha intentado construir a partir de este discurso, hasta criminalizar otros fenómenos, como la migración. Lo que me parece fascinante, y terrible a la vez, es que mientras un presidente como AMLO (Andrés Manuel López Obrador) ha criticado la militarización antidrogas, al mismo tiempo ha permitido que el Ejército militarice las fronteras y considere la migración una amenaza a la seguridad nacional. También Estados Unidos construye este lenguaje.


Por ejemplo, la DEA habla de cómo los supuestos cárteles se han diversificado porque no solo se dedican al tráfico de drogas, sino también el tráfico de aguacate, la trata humana, el robo de combustible, la extorsión, etc. Estas organizaciones se convierten así en un tipo de comodín que es múltiple, que puede tener muchas funciones y justificar cualquier cosa. Para salir de esta ficción es importante no quedarse solo con el tema narco para explicar la violencia. Si mañana se legalizara la droga, como algunos activistas quisieran, y algo que yo también apoyo, no terminaría necesariamente la violencia, porque los traficantes no son los únicos actores que reproducen la violencia. Estamos en una máquina de narraciones que está creando constantemente nuevos enemigos domésticos.


- Cuando el presidente Calderón utilizó ese discurso [de la guerra contra el narco] fue, entre otras cosas, para legitimar su presidencia políticamente dañada, porque ganó las elecciones de 2006 gracias a un fraude electoral. A esta guerra contra el narco, le da una caracterización casi de guerra épica, de guerra justa. Un relato que termina regresándole como una suerte de soberanía sobre el territorio. Lo que es bien interesante notar es que, paralelamente, Estados Unidos, que financia esta guerra, avanza sus intereses geoestratégicos, políticos y empresariales en México. 2ff7e9595c


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